Llegó el día; o mejor dicho, el momento, porque aún no ha salido el sol. El guarda del refugio nos despierta a todos, y enseguida salimos de las literas y ocupamos los bancos alrededor de la mesa... el desayuno nos espera. Lo que comemos no sorprende, es lo que hemos ido encontrando por los refugios de los Alpes hasta el momento. El desayuno acaba, y utilizamos el mismo emplazamiento para equiparnos, y, para variar, conseguimos ser los últimos en salir del refugio... ¿cuándo aprenderé? Son las 6h00, salimos al exterior, sin necesitar llevar los frontales. Observamos las cordadas que nos preceden. Aún están cerca. Nos ponemos en marcha.
Superamos desnivel poco a poco mientras ascendemos por el glaciar. Dirigimos nuestros pasos por una traza muy marcada sobre la nieve. Al llegar a una especie de altiplano, vemos que la mayor parte de las cordadas se han dirigido hacia el pic de la Meije Orientale, mientras que sólo una cordada de dos se dirige hacia el Doigt de Dieu. Vamos tras ellos, y, al poco, los sobrepasamos. Aprovecho algún momento para hacer fotos, y hacer alguna breve grabación. El entorno es espectacular. Va saliendo el sol e ilumina toda la cresta, la rimaya, el glaciar, a nosotros...
Al poco, llega el momento: estamos en la rimaya. Cambios en el proceder: guardamos la cuerda que hemos usado para el glaciar, y sacamos las dos cuerdas dobles que tenemos guardadas para este momento. Me aseguro con la cuerda, me equipo con piolets técnicos en las manos, y tornillos de hielo en el arnés... se supone que me enfrento a una rampa de unos 55º, de 50 m de desnivel, y que puede estar en hielo. Digo puede, pero es que fue así, y de 55º... mmm, no serían más? Me encontraba literalmente escalando en hielo. Cuando la tensión me superó, clavé un tornillo en el hielo y me aseguré. No recordaba haber hecho esto antes, así que debió ser el primer tornillo que clavaba. Estaba bien puesto? Me convenía creer que sí. Sigo subiendo, mientras clavo los crampones aprovechando los pasajes donde el hielo no es tan hielo, y parece más nieve congelada, sin embargo los piolets golpean hielo sólido. Clavo un segundo tornillo cuando la sensación de que si me caigo me descalabro me vuelve a superar. Bueno, no tenía más tornillos, y he superado unos 2/3 del desnivel. Lo tengo a huevo. O eso pensaba, cuando alcanzo un trozo de roca, me siento inútil con los piolets, y para colmo, no sé dónde dejarlos para usar las manos... acabo alcanzando la reunión con más pena que gloria.
Aseguro a Neo, que comienza a subir. Mientras sube, también lo hace el chico de la otra cordada. Éste, gasta sus dos únicos tornillos muy al principio de la pared, con lo que se encuentra a mitad pared sin poderse asegurar más... cuando puede hablar conmigo, me pide permiso para cogerse a nuestra cuerda. Le digo que sí, que ningún problema, y el alpinista francés se hace un prúsik en la misma cuerda con la que aseguro a Neo, que tarda siglos en subir... Llega el francés a la reunión y se dispone a asegurar a su acompañante, una chica que debe ser su pareja, muy aventurera, pero no tan poderosa físicamente como el colega. Por fin llega Neo a la reunión, quejándose de la escalada. La pared de hielo ha requerido mucha fuerza de brazos para su gusto. La tensión del momento le ha obligado a tirar mucho de brazos, y está agotado, da por sentado que no va debería seguir. CrazyBanana se pone en marcha, y progresa rápidamente. La cordada vecina cambia de planes: la chica llega a la mitad de la pared y no parece poder seguir, el equipo decide pues, descender. En un momento, los dos se plantan de nuevo en el glaciar. CrazyBanana llega a la reunión, y Neo, como ya ha anunciado, decide descender, añadirse a la cordada que acaba de abandonar la ascensión, y volver al refugio con ellos. Siendo así, montamos el rápel rápidamente para que pueda alcanzarlos. Nos despedimos de Neo, mientras hace un bonito rápel por la pared de hielo, la rimaya, y se planta en el glaciar.
CrazyBanana, y el menda, seguimos (a veces no sé si sabré encontrar mi tope). Abro un largo de escalada, para alcanzar la arista de arriba. Durante la escalada, veo un objeto caer: me da tiempo de ver que es una cámara de vídeo! De hecho... es mi cámara!!!!!!! Me quedo absorto viendo como cae rebotando por la pared de roca, luego por la pared de hielo, luego rodando por el glaciar, viendo como se dirige a una grieta... y como finalmente se detiene cerca de dicha grieta... Bueno, de ahí no pasa, evidentemente no funcionará, pero la recuperaré al bajar. Sigo subiendo y alcanzo la arista. A continuación sube CrazyBanana, y, juntos de nuevo y encordados, caminamos por la arista hasta la base del "dedo". La arista es aérea a más no poder, conviene no perder la atención. El desnivel a cada lado es sobrecogedor.
Mirando la hora, nos damos cuenta que el tiempo ha pasado rápido. Empiezo a pensar que bajaremos más tarde de lo calculado. Pero ahora, no vamos a dar la vuelta por cumplir el horario. Estamos cerca, y admitimos que llegaremos muy tarde de vuelta a Bcn. Nos quedan dos largos de escalada fácil que superamos rápidamente, y donde disfrutamos de lo lindo.
Cima!! Estamos en la cima!! Observamos el resto de cimas del Parc National des Écrins: la Barre des Ecrins y la Dome de Neige, el glacier de la Pilatte y su circo, la Grande Ruine, también observamos las nubes que se van aproximando... lástima, hora de dar la vuelta.
Con mil enredos en las cuerdas al hacer los rápeles, conseguimos descender por el mismo camino que hemos subido. Durante el descenso, nos alcanza la niebla. Mi cámara no está dónde cayó. Suponemos que alguien la habrá dejado en el refugio. Llegamos al refugio a las 15h, 9h después de haberlo abandonado. Neo nos recibe, y nos enseña la cámara que un alpinista francés ha bajado del glaciar. No funciona, ni funcionará. Espero poder encontrar alguna otra cámara para poder extraer las imágenes grabadas.
A partir de aquí, no hay mucho más, rehacemos mochilas, y a las 16h nos ponemos de nuevo en marcha. Descendemos muy rápidamente, y en poco más de tres horas estamos en los coches. Reposamos, y alrededor de las 20h ponemos el coche en marcha.
Eran las 3h00 cuando entrábamos en Bcn.
Superamos desnivel poco a poco mientras ascendemos por el glaciar. Dirigimos nuestros pasos por una traza muy marcada sobre la nieve. Al llegar a una especie de altiplano, vemos que la mayor parte de las cordadas se han dirigido hacia el pic de la Meije Orientale, mientras que sólo una cordada de dos se dirige hacia el Doigt de Dieu. Vamos tras ellos, y, al poco, los sobrepasamos. Aprovecho algún momento para hacer fotos, y hacer alguna breve grabación. El entorno es espectacular. Va saliendo el sol e ilumina toda la cresta, la rimaya, el glaciar, a nosotros...
Al poco, llega el momento: estamos en la rimaya. Cambios en el proceder: guardamos la cuerda que hemos usado para el glaciar, y sacamos las dos cuerdas dobles que tenemos guardadas para este momento. Me aseguro con la cuerda, me equipo con piolets técnicos en las manos, y tornillos de hielo en el arnés... se supone que me enfrento a una rampa de unos 55º, de 50 m de desnivel, y que puede estar en hielo. Digo puede, pero es que fue así, y de 55º... mmm, no serían más? Me encontraba literalmente escalando en hielo. Cuando la tensión me superó, clavé un tornillo en el hielo y me aseguré. No recordaba haber hecho esto antes, así que debió ser el primer tornillo que clavaba. Estaba bien puesto? Me convenía creer que sí. Sigo subiendo, mientras clavo los crampones aprovechando los pasajes donde el hielo no es tan hielo, y parece más nieve congelada, sin embargo los piolets golpean hielo sólido. Clavo un segundo tornillo cuando la sensación de que si me caigo me descalabro me vuelve a superar. Bueno, no tenía más tornillos, y he superado unos 2/3 del desnivel. Lo tengo a huevo. O eso pensaba, cuando alcanzo un trozo de roca, me siento inútil con los piolets, y para colmo, no sé dónde dejarlos para usar las manos... acabo alcanzando la reunión con más pena que gloria.
Aseguro a Neo, que comienza a subir. Mientras sube, también lo hace el chico de la otra cordada. Éste, gasta sus dos únicos tornillos muy al principio de la pared, con lo que se encuentra a mitad pared sin poderse asegurar más... cuando puede hablar conmigo, me pide permiso para cogerse a nuestra cuerda. Le digo que sí, que ningún problema, y el alpinista francés se hace un prúsik en la misma cuerda con la que aseguro a Neo, que tarda siglos en subir... Llega el francés a la reunión y se dispone a asegurar a su acompañante, una chica que debe ser su pareja, muy aventurera, pero no tan poderosa físicamente como el colega. Por fin llega Neo a la reunión, quejándose de la escalada. La pared de hielo ha requerido mucha fuerza de brazos para su gusto. La tensión del momento le ha obligado a tirar mucho de brazos, y está agotado, da por sentado que no va debería seguir. CrazyBanana se pone en marcha, y progresa rápidamente. La cordada vecina cambia de planes: la chica llega a la mitad de la pared y no parece poder seguir, el equipo decide pues, descender. En un momento, los dos se plantan de nuevo en el glaciar. CrazyBanana llega a la reunión, y Neo, como ya ha anunciado, decide descender, añadirse a la cordada que acaba de abandonar la ascensión, y volver al refugio con ellos. Siendo así, montamos el rápel rápidamente para que pueda alcanzarlos. Nos despedimos de Neo, mientras hace un bonito rápel por la pared de hielo, la rimaya, y se planta en el glaciar.
CrazyBanana, y el menda, seguimos (a veces no sé si sabré encontrar mi tope). Abro un largo de escalada, para alcanzar la arista de arriba. Durante la escalada, veo un objeto caer: me da tiempo de ver que es una cámara de vídeo! De hecho... es mi cámara!!!!!!! Me quedo absorto viendo como cae rebotando por la pared de roca, luego por la pared de hielo, luego rodando por el glaciar, viendo como se dirige a una grieta... y como finalmente se detiene cerca de dicha grieta... Bueno, de ahí no pasa, evidentemente no funcionará, pero la recuperaré al bajar. Sigo subiendo y alcanzo la arista. A continuación sube CrazyBanana, y, juntos de nuevo y encordados, caminamos por la arista hasta la base del "dedo". La arista es aérea a más no poder, conviene no perder la atención. El desnivel a cada lado es sobrecogedor.
Mirando la hora, nos damos cuenta que el tiempo ha pasado rápido. Empiezo a pensar que bajaremos más tarde de lo calculado. Pero ahora, no vamos a dar la vuelta por cumplir el horario. Estamos cerca, y admitimos que llegaremos muy tarde de vuelta a Bcn. Nos quedan dos largos de escalada fácil que superamos rápidamente, y donde disfrutamos de lo lindo.
Cima!! Estamos en la cima!! Observamos el resto de cimas del Parc National des Écrins: la Barre des Ecrins y la Dome de Neige, el glacier de la Pilatte y su circo, la Grande Ruine, también observamos las nubes que se van aproximando... lástima, hora de dar la vuelta.
Con mil enredos en las cuerdas al hacer los rápeles, conseguimos descender por el mismo camino que hemos subido. Durante el descenso, nos alcanza la niebla. Mi cámara no está dónde cayó. Suponemos que alguien la habrá dejado en el refugio. Llegamos al refugio a las 15h, 9h después de haberlo abandonado. Neo nos recibe, y nos enseña la cámara que un alpinista francés ha bajado del glaciar. No funciona, ni funcionará. Espero poder encontrar alguna otra cámara para poder extraer las imágenes grabadas.
A partir de aquí, no hay mucho más, rehacemos mochilas, y a las 16h nos ponemos de nuevo en marcha. Descendemos muy rápidamente, y en poco más de tres horas estamos en los coches. Reposamos, y alrededor de las 20h ponemos el coche en marcha.
Eran las 3h00 cuando entrábamos en Bcn.